15 Diciembre 2020 04:09:00
Simplemente, ya basta
Primero, una pertinente aclaración por aquello de que aún quede por ahí algún incondicional inquisidor del “ganso-oficio”. El comparar lo que es con lo que hubiera sido es realmente estúpido. No se trata de suponer que con otras autoridades nos habría ido peor o mejor, eso es imposible de determinar, ya que operan en dos planos distintos, el real y el imaginario.
Así, solo nos queda evaluar, cuestionar y hasta criticar lo que tenemos, ya que no hay más. Y en este escenario, pues qué lamentable resulta que la estrategia, al menos en la forma, de la lucha contra la pandemia, siga en manos de un personaje como el subsecretario Hugo López-Gatell.
Eso de administrar los datos, de ser una verdadera veleta en su afán de seguir el errático paso de su jefe. Eso de magnificar o minimizar, conforme a los dictados del día en las mañaneras, es indigno de un subsecretario, de un profesional de la salud.
¿Recuerdan aquella gran afirmación, a principios de junio, de que México podría enfrentar un escenario catastrófico con 60 mil muertos por Covid? Bueno, pues ya vamos para 115 mil decesos, casi el doble, y ni siquiera una explicación de qué falló, del porqué y cómo llegamos a que el país enfrentara este escenario.
¿Recuerdan la contundencia con la que promovía el semáforo y que todos los estados deberían sujetarse a él y acatar las medidas recomendadas en cada uno de sus colores? Bueno, como es la Ciudad de México la que en los hechos está en semáforo rojo, pues ya no importa, que “es intrascendente”. Se niega a decir que la megalópolis que gobierna la consentida de la 4T, Claudia Sheinbaum, está fuera de control, según los propios estándares que tanto llegó a defender.
No, ahora es “emergencia por Covid”. Y no sobra recordar que, si alguien cuestionó y minimizó el uso del cubrebocas, fue este funcionario de la 4T, que ahora, con muchos meses de retraso, dice, eso sí, cantinfleando, que es indispensable.
Cuánta mezquindad y cuánta razón tenían los gobernadores, en especial los de Jalisco y Nuevo León, cuando lo mandaron al diablo con eso de sus semáforos.
La pandemia no está controlada. No hay que darle vueltas y por más que nuestro Presidente diga que todo va bien, la realidad en nuestras calles, en nuestros hospitales, en los miles de dramas que se viven todos los días en los hogares a lo largo y ancho del país, nos dicen otra cosa.
De plano, ya basta de López-Gatell, y que de aquí en adelante solo le haga caso su esposa y su madre, y uno que otro despistado con confianza ciega en los amuletos y escapularios. Usted, ánclese en la realidad y cuídese, cuídese mucho, que en este diciembre la pandemia está desatada.